Reemplazable
Hoy es miércoles de cine, yo no voy al cine en miércoles, mucha gente si, pero yo no.
Hoy me invitaron y aunque la compañía y la película son buenas y la que invita promete que cumplirá mis antojos al llegar a donde vende engordadera y medía, mi respuesta es: No.
- Porque?
-Porque no tengo ganas de llorar, porque no me gustan los tumultos, porque no me gusta batallar, porque no quiero caminar mas tres kilómetros desde el carro hasta el cine y otros tres de vuelta, porque te encuentras musha gente conocida y este día traigo hueva de saludar, porque los baños siempre están sucios y casi nunca hay papel y no puedo aguantarme (problemas de vejiga) y no me gusta orinar sin limpiarme ni limpiarme con la bolsa, porque luego se pone dura o apesta y si apesta la tengo que lavar, y me da flojera lavar eso a mano, y aparte se echaría a perder y no quiero porque me gusta mucho y por….
Atareada con dar todas esas explicaciones y pensando en las que me quedaron por decir, nunca me di cuenta que para cuando había puesto cara de fuchi e iba en la palabra kilómetros (dicen los testigos) mi compañera atendía una llamada (el madrazo ya habia pasado, tambien cuentan los testigos) sonriente con la persona con la que mas tarde disfrutara “Mar Adentro”.
Y yo me quede sin llorar y sin palomitas, pero eso si, con mi bolsa negra radiante en el hombro izquierdo.
Hoy me invitaron y aunque la compañía y la película son buenas y la que invita promete que cumplirá mis antojos al llegar a donde vende engordadera y medía, mi respuesta es: No.
- Porque?
-Porque no tengo ganas de llorar, porque no me gustan los tumultos, porque no me gusta batallar, porque no quiero caminar mas tres kilómetros desde el carro hasta el cine y otros tres de vuelta, porque te encuentras musha gente conocida y este día traigo hueva de saludar, porque los baños siempre están sucios y casi nunca hay papel y no puedo aguantarme (problemas de vejiga) y no me gusta orinar sin limpiarme ni limpiarme con la bolsa, porque luego se pone dura o apesta y si apesta la tengo que lavar, y me da flojera lavar eso a mano, y aparte se echaría a perder y no quiero porque me gusta mucho y por….
Atareada con dar todas esas explicaciones y pensando en las que me quedaron por decir, nunca me di cuenta que para cuando había puesto cara de fuchi e iba en la palabra kilómetros (dicen los testigos) mi compañera atendía una llamada (el madrazo ya habia pasado, tambien cuentan los testigos) sonriente con la persona con la que mas tarde disfrutara “Mar Adentro”.
Y yo me quede sin llorar y sin palomitas, pero eso si, con mi bolsa negra radiante en el hombro izquierdo.
3 Comments:
Ni modo Hiedra, ser chiquiona tiene ventajas y desventajas...
aunque a veces es padre vivir ese folklor
En mi trabajo no me dijeron chiquiona, Judith.
¿Cómo te dijeron, Aracely?
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