Mensajes me manda el Señor.

Anteanoche tuve un sueño extraño. Aparte de ser raro me dio un poco de miedito. Y no es que sea miedosa pero desde que el 29 salio del hospital paso directamente ala casa de su madre (sip, ahí va: dos hip hip hurra pa la suegra!).
Lo cual significa que e gozado digo pasado mas de una semana so-la. Y aunque duermo tranquila mi sentido de madre no me deja dormir de corridito, esa situación hace que me levante dos o tres veces contando la de hacer pis y podrían llegar a cuatro si se me suelta el estomago.
Bueno volviendo al sueño, soñé con Cristian.
Cristian es mi jefe: mide casi lo mismo que yo (aja, enano el) es simpaticón, delgado, tiene sus ojos azulessss azules (como los de Mel Gibson pero solo en color) carita de ángel perverso, no usa camiseta interior y es cristiano.
(Aclaración.- Respeto las religiones de cada persona siempre y cuando no se metan con la mía que no estoy segura muy bien cual será pero es importante incluir ese pequeño dato para poder darle sentido a tan bello relato.)
Por su estatura, sus ojos y su personalidad endemoniada en mi trabajo lo llamamos: El Chucky.
OK, continuo, Cristian vestía de blanco, blanco completitito: zapatos, pantalón, una extraña camisola con las mangas bombachas (tipo Locomia) y porsu sin camiseta interior, ni en sueños me hizo ese regalo el infeliz.
Cristian me llama, volteo a verlo y me doy cuenta que nos separa un abismo, grande como los que salen en la Era del Hielo. El jefe se encuentra parado de lado y me extiende su mano izquierda, me habla quedito, si como habla el:
- Aracely, ven, de este lado encontraras la felicidad, ven, toma mi mano, anda brinca- Yo me muestro sorprendida por su invitación,claro ya que no creo la neta que pueda con mi peso brincar tanto, aparte visto mi uniforme sastre de todos los días y eso no me hace no me permite ser muy fexible

-Gracias pero yo estoy bien, aquí de este lado tengo personas muy queridas y con las que me identifico (la bola de neuróticos de los jueves de billar)- al voltear hacia atrás para mostrarle la larga fila de compañeros que segun yo se encuentran de mi lado me veo sola. Solita y mi alma.
Al regresar mi mirada hacia donde me espera con el brazo aun estirado lo veo acompañado por TODOS mis malditos compañeros, todos ellos vestidos también de blanco y con esa sonrisita sarcástica en sus labios.
Hasta ahí llego mi sueño me incorporo y doy cuenta que todo sigue donde mismo, no hay abismo, no hay jefe, todo esta igual: puerta del cuarto entreabierta (para escuchar lo que sea que haya que escuchar) t.v. prendida en el 51 (ya les dije que ya tengo cable?), y chocolate Snickers sobre el buró. Lo tomo le doy una leve mordida y pienso en lo divertido del asunto: que este jefe mío tiene ese toque diabólico tanto en mi vida diaria como en mis sueños.
Aunque pensándolo bien creo que el próximo jueves tendré que cuidarme un poco de las jugadas de mis compañeros.