Solo por estar In.

Pareciera que hay plaga de depresión. Varias personas que me rodean pasan por ella en este momento: médicos, compañeros, jefes y hasta el taquero me confeso hoy que no hizo la cabeza con ganas. Que HABER si me gustaba, que lo mas probable es que le faltara sal y me la acerco un poco, la sal.

Inche viejo pensé, como si ese fuera mi jale, ahora resulta que tu te deprimes, preparas la puta cabeza de mala gana y uno paga el pato perdiendo tiempo terminando de condimentarla.
Pero no le digo nada, el Goyo esta depre, no es el mismo. No tiene la radio encendida en la caliente, ni voltea a verles el trasero a las chicas que pasan, aparte la sal me retiene líquidos y no precisamente donde los necesito.
Ahora que la pienso un poco, y con taco en mano, es como si estuviera de moda, me acorde de unos años atrás cuando brotaron como bugambilias aquellas blusas con círculos grandes de colores chillantes que todas las mujeres pubertas traíamos. Se salen porque demonios no hacer una cuantas. A no! El maldito fabricante no quedo contento hasta que nos vistió de varicela a todo Hermosillo y ahí vamos la bola de viejas babosas a caer en el juego de la mercadotecnia.

Y no soy de las personas que si me encuentro en alguna fiesta, baile o reunión con alguna chica que vista igual a mi me incomode, al contrario, lo mas probable es que a ella no se le vean estos aros hermosos que yo luzco en mi abdomen alto y bajo.

Pero como dicen todo en exceso es malo y mas cuando la cosa es de mal gusto.
Lo mismo pasa con las bolsas, zapatos y accesorios siempre es la misma y a mí hay modas que por más que modas que sean nomás no se me dan, por ejemplo: las faldas. No! Yo soy feliz metida en mis pantalones militares aguados, con los que no tengo que andar cerrando las piernas cuando me siento, ni acomodarme la toalla sanitaria a cada rato y aparte no parezco rana parada.
Pero esta moda, esta de moda y me atrajo. Ahora me siento mal, desorbitada y hasta pareciera que no soy la misma persona. Quiero echarle la culpa de mi estado de animo a lo que la mayoría de las personas se la avientan: Deudas, y si tengo deudas, pequeñas grandes, medianas, a corto y a largo plazo también, pero no creo que sea eso, y mas mal me siento cuando descubro que en realidad no se que es lo que me trae con cara de amargada últimamente, tampoco es mi día 28.
Escuchar en mi oficina un poco de esto no me ayuda, me gusta mucho pero ahorita no me sirve, termino pensando cosas que no quiero pensar y diciendo cosas que no quiero decir.
Mejor me quito esta moda de encima, la guardo en el cajón que me quede mas lejos, ya que al igual que las faldas, no me ayuda para na-da.
Después ya con mi pantalón puesto, escuchare de nuevo “Those sweet Words” y estoy segura que hasta coreografía le pondré.
Bailamos?