Hay tres cosas que en esta vida nomás no se pueden evitar, las cuales, logran dejar marcas que requerirían de unas cuarenta sesiones de terapia, para poder medio superarlas:
Uno, que tu mama te cague cada que pueda, dos, tener problemas con la gravedad y tres cumplir años.
Ayer cumplí veintionce.
Los festeje, tranquila (eso pensaba), un día antes hice compras, preparándome para las complicaciones que los años traen consigo.
No tuve que dar muchas vueltas, en menos de lo que pensé, deposite en mi carrito lo necesario. A falta de jeringas repletas de botox y un buen bisturí: Estropajo, crema ya no preventiva, si no “contra y para “las arrugas y ungüento muy cremoso para estrías, mis fieles aliadas en este momento.
Inicie el rito por la noche, lave y unte en círculos.
Ala mañana siguiente me levante igual de jodida y guanga, pero recordé las palabras de un medico que se las da de medio sabio: consistencia hija, consistencia.
Así que dibuje una sonrisa en mi rostro y me encamine a rumbos del vips donde hermana, cuñado mamá, sobrinas e hijas me acompañarían a degustar un rico y delicioso desayuno.

Mamá se encarga de recordarme que para ella, siempre tendré 16 y que cagandome es la mejor manera de recordármelo…
- Que no quedaste alas 7:30?
- Vas muy rápido…
- No puedes estacionarte ahí, el Iván me dijo…
- Se Irán a acabar todo tus hijas? Porque lastima dinero…
- Esa falda no esta muy corta??...
- Para que le pediste alas niñas café? Checa que no vayan a quemarse…
- No se te hace que pediste mucho?
- Te dije, Mariana no comió nada…
- Ya viste donde anda trepada?
- Dile ala Fer, si no quiere lo de la Mariana…
- Como tarda tu hermana…
- Mira ahí viene y ahora si que tus hijas no comerán nada pues se van a alborotar con la Abril y la Vale…ojala ella si pida lo necesario…
Y la lista seguiría. Pero Bertha, desde que me acuerde siempre llega a rescatarme y esta vez no fue la excepción. Así, la larga lista de “sugerencias” para una., se transforma en para dos, y hasta tres porque el cuñado también cuela.

Mas tarde, a falta de marido (que me consienta), esta mi suegro, me llama y me dice que me invita ala playa, a comer y a estar un rato echada sobre la arena. Acepto y cuñados, suegros, hijas y yo mera, emprendemos camino hacia la Bahía.
Pies descalzos, arena tibia, agua deliciosa, hijas contentas, golpeteos de dicha de Helena… Todo perfecto cuando la suegra, toma el papel de madre y me recuerda que para ella siempre tendré 17, como cuando llegue a su casa:
- El mar es abortivo, a una pariente se le salio el bebe por las olas y lo encontraron a varios kilómetros unos pangueros, el bebe ya no tenia extremidades, se las comieron los…
- Las niñas andan muy adentro…
- No te estés tanto en el sol…
- Come tomate, te hará bien…
- No brinques eso niñaaaaaaaaa!
- Esa falda esta muy apretada…
- No te vayas a querer meter otra vez…
- No pongas los brazos así, le están enrollando el cordón ala bebe en la cabeza…
- Te hubieras puesto lo que te regale, esta más cómodo…
- No veo a Mariana…
- El mar es traicionero…
- No vayas al baño, Dios guarde una infección…
- Que la niña no vaya arriba de ti, puede sacarte la placenta…


El paseo-martirio acaba como a eso de las 20:00, a esa hora tomo las llaves de mi carro en casa de mi suegra y emprendo el camino hacia la libertad.
Libertad muy limitada.
Mi teléfono móvil suena, es mi cuñada dice que mi ama acaba de llamarla, para ver si llegamos bien y para cuestionar porque no la llame en cuanto llegue, que no estaba tranquila, que ya es tarde, que vienen muchos borrachos, que yo panzona, que si yo…etc.

Y es ahí donde me olvido un poco de cremas contra y para, de los estropajos para la celulitis y de mis estrías en el abdomen, alto, medio y bajo.
Porque aun estando embarazada, con dos bellas hijas y cargar con treinta y un años, siempre habrá gente que me hará sentir mas joven, es mas joven no, pequeña. Mucho más que un par de buenos artículos que juran darme resultados en dos semanas.