Nervios sobre mis hombros

Desde un día antes comenzaron los malestares, y es que esto de ir al Ginecólogo da nervios desde una semana atras.

O por lo menos a mí si, manos sudorosas, pies acalambrados, ganas de vomitar, me da temor y cuando me lleno de temor respondo moviendo tontamente los hombros y por si fuera poco la sillita del consultorio me causa mareos, cuando asciende por supuesto.

Aparte el ruido me recuerda cierto aparato dental, el cual no es recordado ni con amor y tampoco por ser cómodo.

Esta vez fue igual que las demás, veía en la agenda para el viernes diecisiete alas 7:25 a.m. mi cita y me pasaba de hoja.Como tratandola de olvidar.
Y es que no solo la revisión te pone nerviosa, si no las preguntas.
Aparte debes de ir bien estudiada, habrá cuestionamientos que tendrás que responder con exactitud, nada que “creo que este día”.

El Dr. Pedirá días exactos y malestares certeros, si es que los tienes, nada de que “creo que amarillo” o “esta vez fue café, llegándole a púrpura”. No!! Tus datos tienen que ser obligatoriamente verdaderos.
Y forzosamente se entra en detalles:
El año pasado teniendo yo 27 añitos me pregunto si deseaba tener otro hijo, mi repuesta fue encoger los hombros y decirle:
- Por el momento no Dr.
- Linda, recuerda aunque ya hayas tenido dos nenas tu edad limite circula entre los 33 y 34 no mas, si?
- OK, Dr., lo tendré en mente- conteste con tranquilidad.

Total todavía me quedaban algún par de años para pensarlo.

Así pues bien estudiada y llevando fechas en mente (solo eso ocupaba, colores no, no esta vez) me dirigí el pasado viernes a su consultorio cinco minutos antes de la cita.
La chica de la recepción quito la alarma y empuje la puerta,ya dentro salude y fui correspondida,
-Hola Laurita, falta mucho? - Le pregunte ala secre, deseando me dijera que si, que el Dr. Había salido a una emergencia.
-No enseguida pasas –dijo con sus labios demasiado brillantes para ser tan de mañana.
-Que bien, que suerte- si, claro sabían que lo había dicho en tono sarcástico.

Así pues entre, pero por esta ocasión fue realmente diferente al verlo a el tan pulcro y con ese gesto tan amable mis nervios se fueron. Y al sentarme en la silla me sentí como si estuviera en una nave espacial a punto de despegar, hasta divertida me pareció.

El medico me trato de maravilla y esta vez no me mando ponerme a dieta, lo cual ya es ganancia.

-Aracely esta usted muy bien de salud, esperaremos a ver los resultados de laboratorio, mmmm veintinueve añitos , sesenta y dos..
– veintiocho Dr.-corrijo desde la silla
-Si, linda pero el viernes que viene ya estas en los 29 -dice sentado en su banquito con la pierna cruzada y pluma en la boca.
–Y dígame piensa tener otro hijo- chingado! ya había tardado, me dije sentadita con mi bata color azul añil con nudo enfrente mi respuesta fue idéntica ala del año pasado y mis hombros realizaron, por inercia el mismito movimiento.
-Por el momento no Dr.- conteste, Solo que ahora añadí un movimiento de cabeza, para no verme tan rutinaria.
-Esta bien reina solo recuerde que 31 y 32 no más linda OK?

Pero que demonios!! Bonita chingadera, me dije mi edad aumenta y la ideal para embarazarme disminuye.
Me vestí y pasamos a su pequeña salita.
El Medico no contento con hacerme sentir cada vez mas vieja y que mi tiempo se agota me extendió una receta para mandarme hacer análisis.

Las agujas me valen cuete, pero eso de venir a trabajar sin desayuno, eso si que no!.
Le extendí la mano, le di las gracias pues aparte de ser tan relindo no me cobra (porque trabajo en el mismo lugar eh) y prometí estar de vuelta pronto con resultados en mano.

La orden del medico sigue guardada intacta a mitad de la agenda esperando, haber si el día de mañana la paciente tiene un poco mas de voluntad y pueda ser utilizada.
Y yo estoy igual que esa paciente e igual que hace dos, tres y cuatro años esperando ver si el año que entra sin importar si tengo trabajo, horario corrido o buenas prestaciones me animo, relajo mis hombros le doy al medico una respuesta afirmativa para poder tener pronto un bebe entre mis brazos.

Y el deje de una buena vez de tomarme el tiempo.