Helena
Helena nació el día 7 de Enero alas ocho en punto. Me complació la muy jija, porque días antes ya le había advertido: “Nena, (sobando panza) se buena con mami, y déjame comer a gusto en casa pavo el veinticuatro, pierna el treinta y uno y pos ya que estamos en esas, rosca el día seis, después de ahí, has lo que quieras”. Y la Hele, muy complaciente, me lo concedió.
Helena llego al mundo sin llorar y completita. La nena peso 3,700 y tiene unas manos grandes increíbles, que abrazan uno a uno mis dedos y me hacen olvidar cualquier pena y olvidarme de mis dudas. Pero sobre todo, Helena nació con esa bella cualidad que tienen mis otras dos nenas: Helena sabe escuchar.
Si mami le habla y le cuenta de su día, y se queja histerica de su peso, o del precio de la tortilla, o de lo bien que jugaron ayer los Naranjeros, Helena escucha sin quejarse, atenta, observándome con ese par de ojos que me dicen mas que mil palabras.
No hay duda, formaremos un buen cuarteto.
Helena llego al mundo sin llorar y completita. La nena peso 3,700 y tiene unas manos grandes increíbles, que abrazan uno a uno mis dedos y me hacen olvidar cualquier pena y olvidarme de mis dudas. Pero sobre todo, Helena nació con esa bella cualidad que tienen mis otras dos nenas: Helena sabe escuchar.
Si mami le habla y le cuenta de su día, y se queja histerica de su peso, o del precio de la tortilla, o de lo bien que jugaron ayer los Naranjeros, Helena escucha sin quejarse, atenta, observándome con ese par de ojos que me dicen mas que mil palabras.
No hay duda, formaremos un buen cuarteto.