Hace una semana regrese de nuevo al trabajo.
Tengo que reconocer que no me causo fastidio dejar mis mañanas y tardes placenteras, esas que a veces se tornaban repletas de ocio. Trabajar me agrada, mi trabajo también, pero el horario me causa a ratos fatiga física y mental.
Todo ha marchado tranquilamente y todos aquí me recibieron fenomenal.
Encontré mi trabajo hecho un desastre y muchas de mis tareas las tendré que comenzar de nuevo. Pero bueno, así es esto. Solamente uno sabe como llevar sus cosas.

Mi hora de salir se acerca, me preparo y tomo camino a casa el papel de mami, verlas me hará mas ligero el cansancio y me prepara para el día siguiente.
Mas cuando visualizo seis bracitos que me esperan con ansias.
Mis jornadas son largas, si, y extenuantes, pero así, sembrando a base de sacrificios es como poder otorgarle a mis hijas, mañanas y tardes, mas placenteras esas que a ratos se tornaran, llenas de ocio.

El dia tres...

Fue tu cumple numero diez, y aunque no pude felicitarte, porque no estabas, mas tarde recibi la mejor de las noticias via telefonica: muy prontito nos dejaran verte.
Asi que desde ese dia pa aca, yo me la llevo piense y piense, que aunque no fue mi cumple, ni mi santo, si fue el mejor de los obsequios.

Te amo, Andrick.