Una melodia para recordar

Recuerdo cuando estábamos juntos. Seguido me cantabas una canción. A manera de cura, una media rancherota, esa que dice: no, no te preocupes por mí, aquí todo sigue igual, como cuando estabas tuuuu… La entonabas, me mirabas de reojo, me reía, me burlaba, te daba un sopapo, me torcias la mano y al mismo tiempo te mordias la lengua y juntos festejábamos el chiste. Felices, sin pensar que esa seria una situación que al poco tiempo atravesaríamos. Ahora, después de casi tres meses, me pregunto: ¿Tu vida estará igual?, ¿te sentirás igual? Me imagino que escucharla ya no ha de ser tan agradable, ya no ha de provocar tanta risa. Conforme pasan los días, las dudas me asaltan. ¿Que harás? seguirás tomando licuado por la mañana. O si en realidad extrañaras mi avena, esa que decías que solo yo, la preparaba bien. Me pregunto si seguirás moviendo los pies al dormir y que demonios abrazaras para poder conciliar el sueño. Tal ves me este dando demasiada importancia, tal vez estés mejor: desayunando mas rico y durmiendo mas tranquilo, tal vez todo siga igual. Como lo anticipaste. En casa todo esta más o menos parecido, no como harina, he dejado el café, pero sigo paseándome en la casa en pijamas y durmiendo con calcetas de hombre. Pero el viernes, ese que era nuestro día, esa que era nuestra noche, para estar: solos, sin niñas, sin caricaturas, sin amigos, sin teléfono, cuando el cuello me dolia de tantas horas que durábamos abrazados, esas noches me voy. Salgo a donde mis amigos, familiares y el mismo viento me lleve, donde pueda reencontrarme un poco con la cordura. Porque estar en casa me asfixia y las paredes me ahorcan. Por mi lado, no hace falta que lo dudes y si lo piensas y deseas saberlo, sabes que si, que siempre me preocupare y pensare en ti. Aunque mis actos, gestos y reacciones digan lo contrario, sobretodo los días viernes.

No puedo creer que a pesar de todo, lo este considerando…

Breve reseña del los festejos de una treintañera 1

Día: viernes: Lugar: La Barra, Poco antes de las nueve Anselmo nos esperaba. Solo, el inútil, sin apartar ni sillas, ni mesas: -Esta se acaba de ocupar, cuando menos pensé ya estaba todo lleno aquí… Y es que al Chemo uno le dice: como eres macana y en vez de enojarse, se ríe. -Como eres macana Chemo!! Anselmo ríe a carcajadas sin mover su trasero del banco. Busque mesa y encontré una de bolon pim pom. Le tiro señas al macana y le pido porfa me acarree mi bolsa, mi vaso y mi regalo pa la Sylvia, el acepta pues yo hice lo que el no pudo hacer en mas de una hora. Al sentarnos saque mi mini-domino y Claudia sus cartas, jugamos veintiuno y apostamos de a peso. Empecé con diez, Anselmo me pidió cinco, después saque veinte, y separe para lo del camión del día siguiente. Mal. Nada. Obtenía poco y me ganaban mucho. Ahora que lo pienso robar me dio mala suerte. Porque si, tengo que admitirlo, le robe unos cuantos pesos a mi amiga Betty, ¿porque? porque tenia que sobrevivir y porque no podía gastarme los ocho del camión. Así que entre volteada y viboreada que daba, mi brazo y mano se lanzaban veloces al son de aquí entre nos… y lograba obtener dos juegos más. Dos partidas pérdidas más. La noche fue buena, buenísima, así como la mesera que no paro toda la noche que coquetearle al marido de amiga, o ya no se si primero fue el o ella, pero algo hubo ahi. De todas maneras yo le dije a mi amiguita que no se enojara, pues atención buena, tuvimos. La noche se fue ligera, entre risas, carcajadas, robos express, aceitunas, quesitos, huevo con chorizo de Anselmo, 132 llamadas pérdidas que nunca existieron, cerveza obscura y sinceros abrazos a la medianoche. Mis treinta habían llegado: con salud, con buena compañía, con canciones para dolidos y despechados. Y yo, lo recibí igual,diferente pero igual, con la misma actitud que todos, en pantalones aguados y con las mismas malas mañas de toda mi vida. Esas que ni con treinta mas me haran cambiar ni tantito.

30 Llegar a los treinta tiene su encanto, por lo menos uno escupe su edad y la gente no piensa que eres una niña que orinas chueco, aunque si nos ponemos a hablar de actos de madurez mejor cierro el pico. Y ayer después de unas cuantas buenas obscuras en la barra, cordura de dice? bueno de eso entro un poco en mi ser y lo comprendí, lo entendí y doy un tremendo gracias por estar aquí. Por tener a quien tengo, por estar con quienes estoy y por ser asi, como soy. Hoy siendo tan de mañana hacia mi móvil, han llegado los mejores deseos y al teléfono de la oficina las voces mas familiares. Pero y tu y ustedes y aquellos, ¿que esperan? felicítame, abrázame, acurrúcame, deséame, apapachame, llámame a mi movistar…que el dia aun no acabado.

Prendo la luz y cierro la puerta, porque de por si mis hijas piensan que no estoy muy bien, pa que darles mas crédito. Me miro al espejo, dejo mi pelo suelto y repito con sonrisa en la boca: Treinta. No, nomás no me siento bien, ahora recojo mi cabello y me hago una cola ajustada, seria, digna (yo, no la cola) y mascullo con voz ronca y sensualota: Treinta… No, y no, no logro acostumbrarme! pero mejor me dejo de cosas y espero unas cuantas horas mas, si hay algo que uno no puede detener es el tiempo, y ya dije y jure que de esto, no perderé más. Y menos en tonterías.

¡Feliz cumple Sylvia! Acá, Yo, desde el norte y con tremendo dolor de colitis, te mando el más apretado de los abrazos y mis deseos de que a partir de este momento, tu vida sea como tus mejores sueños. (Incluyendo los agresivos, esos donde juntas y vestidas de negro y con capucha despedazamos con dientes y manos los pequeños atributos de estos dos… bueno, luego lo planeamos mejor) Regreso: Te deseo toda la felicidad, este donde este, donde sea que puedas encontrarla y con ese grandioso condimento, todo, te lo juro, te llegara solito… O lo mas seguro, es que ya lo tengas... Te quiere La ara

Tips

Una amiga me dijo como hacerlo, no estoy segura creo que te levantas tantito aquí la punta- Nereida se toca sus partes nobles y sigue con la demostración - entonces el chorro sale parado. Ella lo hace cuando sale a pistear. Así no se sienta en cualquier baño, ¿tu sabes no? Quien sabe que gente se sentara!! Pero yo soy bien mensa, la vez que lo intente, me orine todas las piernas….o bueno, tal vez me falte practicar un poco. Yo la admiro, porque La Nere es de admirarse, pasa mucho tiempo en el sol, trabaja afuera con todos los hombres, a veces entra atomar agua, con los ojos llenos de cemento, come con ellos tirada en la tierra y nunca se queja. Pero también la miro, y pienso: que por más mujeres que seamos, por más compañeras, hay cosas que de plano, no hay porque contar. O que a mi de plano, no me agrada escuchar.

Viaje Expresss

Cuatroteinta aeme, a esas horas me levante ayer, el motivo: Viajar con Claudia al extranjero. La salida fue puntual,habíamos acordado y antes de emprender el viaje pasamos por la Kata, otro gran motivo para levantarse a esa hora un domingo. Viajar con estas dos tipas es un deleite, se me duermen poco las piernas y no me lleno de gases, porque todo el camino vamos risa, tras risa, tras risa y más risa. Al llegar ala línea, pasamos pasaportes, las preguntas de rutina y al ver el mío…. -Hace falta seo, ¿nunca antes venir? -Si, siempre paso con el mismo- me subo los lentes para que de una buena vez los problemas empiecen. -No frutas, ni calne, ni ver.. -No, nada de eso… -OK, ir pisou dos, plis- El gringete, pone mis pasaportes en el parabrisas y nos dirige un poco mas adelante, frenamos, tres chotas nos esperan: Uno bien bueno, el otro también y una mexicana de apellido Rodríguez. -De quien es el carro?- Cuestiona buenote number one -Donde trabajan?- Cuestiona buenote number two A partir de ese momento ya no entiendo ni madre pues el güero buenote (uno), empieza a hablar en su idioma con otros tres mas sobre mi situación. (Pienso que es mucho pedo para un sello) -Ok, baje, por favor, subir segundo pisou y que sellen pasaporte - me bajo -plis abre su bolso -saca linterna de no se donde y la mete en mi bolsa, no hay nada grave en ella. Pienso en lo bueno que fue sacar mi navaja multiusos, esa que ahora cargo para donde vaya, si no, estos me hubieran aprendido por andar armada y por tener cara de loca Iraki suicida. Camino, subo por el elevador y siento mareos (pinches gringos), llego al segundo piso y me recibe un negrote de dos treintaysiete, me pide que pase y me hace más preguntas: -Donde trabajas, con quien vives, de donde eres, primera vez?, a que vas? hasta donde vas? -En hospital San José, con mis hijas y perro, Hermosillo, No, A mitotear, Nogales. Pienso en la hueva que me da esta situación, ya hasta las ganas de pasar se me quitaron y el hambre ni se diga. Por un momento me visualizo: haberme cruzado la línea con una buena calibre 38 metida en mi trasero como supositorio y deshacerme del maldito gordo de la línea, del puto negro, y de la Rodríguez esa. Claro hay que estar concientes que antes de que llegara al de la línea ya iba a estar frita, pero bueno hay que entender que no era buen día para ellos y ver gente extraña con cara de enemigo no resulta nada agradable. El sello fue concedido, después de que se enteraron que mi nacionalidad en efecto era mexicana y aparte una señorita bien portada y decente, el negro sello y firmo. Taz! Un gringo con cara de novecientos once me acompaño de vuelta y todos felices y contentos. A treparnos al coche. La pasamos bien, compramos lo necesario, desayunamos rico y Claudia no dejo desayunar a una pareja que nos robo un par de cubiertos. Todo el desayuno los hostigo con la mirada. Y entre dientes musitaba: Hijuetup… Teniendo lo necesario tomamos la carretera de regreso, alas cuatro en punto. Cantos, duetos de dolidos, canciones de despechados y eso que no era martes. En Santa Ana, Claudia me dejo manejar, mi primera vez, miles de recomendaciones: No mas de 120 Km./HR, pon la direccional, bajale tantito, ahí hay un judicial, ahí un reten, disminuye. Con todo y eso de todas maneras fui ca-ga-da, ella dice que llegue media hora mas de lo acostumbrado, que soy una miedosa, que venia muy lenta y yo… nomás le digo un nombre propio y con eso guarda silencio, sabe que le dije TODO y hasta mas. Se queda seria, ríe y comprende. Y es que yo de que me estén dice y dice que la cague, ya estoy así como que harta. Creo que nunca se es demasiado viejo para entender que lo mejor de todo es vivir a como uno piensa y no vivir pensando en hacer feliz a los demás. Así que con todo y mi cara de Iraki, y mi idiotez ante el volante: Fui, pase, compre, cante, y llegue sana y contenta con mis grandes y apreciadas amigas de vuelta, risa, risa y más risa…

Miro hacia mi izquierda, saco un poco la cabeza y las veo pasar. De diferentes tamaños, formas, llenas de color. El tipo que las lleva y trae, regatea, suda mucho y saca de su pantalón mezclilla-deslavado color 86 un paliacate rojo y se seca el sudor. Verde. El sudor no, el semáforo cambia de color. Avanza el Choyal. Y las banderitas ya se miran a lo lejos. Y yo igual sudo, igual saco mi toallita desechable y me limpio la frente… y las manos y la angustia, y pa la tristeza, pues ya no me alcanza. El temor de que aunque el mes es alegre, las calles se visten de color y se acerca un puentazo, con todo y este alboroto no dejo de pensar que estoy a un brinco, aun paso, a una escupida, de cumplir los treintas. Y ahí si, ni como regatear.

Asi, mesmo...

Así igualito, como uno ha llegado a pensar que puede llegar a cumplirse la cosa mas loca del mundo, así mismito lo he llegado a pensar: Como me gustaría dar (tipo Messenger) clic izquierdo y otorgarle a algunas personas el NO ADMITIR y así no ser vista, ni leída, ni sabida, ni… nada. Pero creo que esto ya fue pedir mucho…